La comodidad de estar en Europa

Veo muy normalizado (para bien o para mal) todas las ventajas que representa estar en la Unión Europea frente a estar en otros países. Esto lo noto sobre todo a la hora de viajar, y en internet.

Veo a muchos estadounidenses y gente de otros países que hablan de lo horrible que es viajar al extranjero por el tema aduanas, visados y demás, por ejemplo. Tenemos la suerte de que cruzar de Galicia a Portugal es pasar por una carretera, y solo darse cuenta del cambio porque hay una señal azul con estrellas amarillas que pone «PORTUGAL», y porque las señales son ligeramente distintas. Puedo hasta pasar andando (y lo tengo hecho), y es cruzar el río Miño por una acera de un puente, sin nadie que me pare y me diga nada, o tener que tener el pasaporte o un visado.

Ya no solo es el hecho de poder cruzar, gracias al Euro puedo ir a cualquier tienda de Portugal y comprar con el mismo dinero con el que me pagan en España. Voy con un billete de 5€ a la cafetería portuguesa de turno y me tomo un café con un pastel de nata sin preocuparme de absolutamente nada.

Es más, puedo sacar mi móvil, meterme a mi red social favorita y publicar una foto o un microblog. Gracias a que el Roaming prácticamente desapareció en Europa, puedo navegar con mi SIM española sin miedo a la receta que me de mi operadora a final de mes por usar Megas en el extranjero, cobrándome un riñón por ello.

Y como digo Portugal, digo cualquier otro país. Viajas a Francia, Alemania, Bélgica, Holanda u otros estados miembros que están en la Eurozona y Schengen, y es muy cómodo. De hecho, ni hace falta el pasaporte para viajar en avión, ya que el DNI español sirve en esos países para identificarse. Veo en cambio gente que conozco que viaja a Estados Unidos, Canadá u otros países y tienen que estar con trámites en la embajada (en Madrid, viviendo en Galicia te lo pasas muy bien yendo y viniendo), y luego al llegar tienen que conseguir una SIM de ese país, cambiar divisa y todo lo demás.

No hablemos ya de ciertas directivas europeas que han mejorado ciertos aspectos del uso de la tecnología, como la directiva de pagos PSD2 que obliga a implementar ciertas medidas de seguridad en los pagos por internet (como cuando el banco te pide que lo aceptes en el móvil), la directiva de protección de datos (GDPR), o muchas otras.

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